La historia de Moisés.La historia de la Libertad.Primera Parte
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Al día siguiente Moisés es conducido al límite del desierto donde Ramsés ordena que le den una ración de pan y agua para un día, entregándole el bastón al que iba encadenado como cetro para que se defienda en el desierto. También le entrega el manto de su madre que trajeron después de su muerte. Mientras Moisés se aleja y se pierde de vista en el desierto, Ramsés, orgulloso, se despide diciendo: "Te encomiendo a ese Dios que no tiene nombre. Si mueres será por su mano, no por la mía. Hasta nunca, hermano de otros tiempos." Moisés inica su andadura por el desierto. Cae y se levanta mil veces, cree morirse, pero alguna fuerza misteriosa le hace seguir. Oye voces del pasado y cuando al cabo de varios días está a punto de desfallecer, encuentra la energía en los frutos de una palmera y el agua en el pozo de Midiam. Se ha quedado dormido y es encontrado por las hijas de Jethro, el dueño del pozo. Cuando se despierta ve que unos pastores están abusando de las muchachas haciendo que sus cabras beban antes que las ovejas y levantándose con las fuerzas recuperadas y haciendo uso de su bastón, pone a los pastores amalecitas en su lugar ante la mirada asombrada de la hija mayor, dejando que las ovejas de Jethro sean las primeras. Todas las chicas están a su alrededor admirándole y la mayor de ellas, la que cuida de los rebaños, Séphora, lo lleva a la tienda de su padre presentándolo.
En días sucesivos, Moisés y Sephora se hallan al pie del monte santo, del monte del Sinaí y Sephora le explica a Moisés que Dios mora en esa montaña y que cuando se halla en ella hay nubes rojas como si hubiera fuego. Pasa el tiempo y Moisés se ha convertido en alguien aceptado por todos pues sabe sacar ganancias honradas con el esquileo de las ovejas y Jethro le ha ofrecido a una de sus hijas en matrimonio. Las chicas bailan ante Moisés pero éste les dice que aún no puede elegir esposa y se va al pie de la montaña sagrada donde se halla Sephora que le pregunta a cual de sus hermanas ha elegido, pero Moisés le dice que a ninguna. Entonces Sephora le comenta que se oye por las caravanas que un gran señor de Egipto ha sido expulsado y finalmente Moisés le pide a Séphora que sea ella su esposa. La montaña sagrada retumba en la noche iluminada con un cielo de color rojo.
 Mientras, en Egipto, el Faraón Sethi está en la cama en sus últimos momentos de vida. A sus pies se hallan Nefertari y Ramsés. Sethi se está muriendo y Nefertari quiere consolarle diciendo que él ha sido su único amor pero Sethi le contesta que ya sabe que ella tuvo otro amor y le dice antes de morir: "Yo también le quiero y con mi último aliento quebranto mi propia ley pronunciando el nombre de Moisés... Moisés..."
Mientras Moisés asciende por la montña, el tema musical principal de la película suena espectacularmente. Finalmente Moisés se halla frente a la zarza ardiente, una zarza que se halla suspendida en el aire y que irradia una intensa y poderosa luz iluminando el rostro de Moisés. Hay un silencio absoluto y de pronto se oye una voz suave y profunda que dice:
Josué está con Sephora comiendo y le pregunta si algún hombre ha subido alguna vez a la montaña sagrada y cuando Sephora le responde que no, Josué le dice que Moisés debe ser más que un hombre porque se acerca hacia ellos con el rostro iluminado y su cabello más largo y más blanco. Moisés les explica que ha estado ante la presencia de Dios ... "mis ojos no han podido verle, pero ha revelado su verbo a mi mente y el verbo era Dios. El no es carne sino Espíritu, la Luz del Espíritu Eterno y ahora sé que esa Luz ilumina a todos los hombres." Josué le pregunta si le ha ordenado algo y Moisés le dice que le ha ordenado ir a Egipto para liberar al pueblo de Israel. Josué está entusiasmado y le dice que asaltarán la armería de Nidtón y conseguirán espadas, pero Moisés le detiene y le dice que Dios le ha ordenado que libere al pueblo con el cayado de un pastor.
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Moisés es bien acogido por Jethro que está asombrado de que haya atravesado él solo el desierto y le dice: "Sin duda, el que no tiene nombre ha guiado tus pasos" y Moisés se queda asombrado de que allí conozcan también al Dios sin nombre. Jethro le explica que ellos siguen a Ismael, hijo de Abraham.
Han pasado los años y Moisés y Sephora han tenido un hijo, Gerson, que se halla pastoreando con sus padres. Séphora distingue en la lejanía a un hombre que se está acercando y Moisés acude a ver de quién se trata. Al llegar ve que es Josué. Moisés le dice que le creía muerto pero Josué ha atravesado el desierto en busca de Moisés creyéndolo aún el libertador del pueblo de Israel. 
"Moisés... Moisés..."